A pesar de llegar prácticamente a la hora, la clase ya estaba casi llena. Los alumnos estaban sentados mirando hacia la pizarra y sólo quedaban un grupito de sillas vacías en el centro de la clase, por lo que las primeras “filas” estaban también ocupadas. A medida que iban llegando, iban ocupando los sitios vacíos. Yo estaba sentada en una esquina, al final del aula.
La clase comenzó con una cita de Confucio sobre la música, la que concluyó con una pequeña charla sobre esta. Roberto Carballo preguntó quién sabía algo sobre música clásica y algún alumno le contestó (con escasa participación). Concretamente hablaban sobre si la música clásica era serena, pero, “¿realmente lo es?”.
Hoy era el día en que los grupos de trabajo (ya formados con anterioridad) deberían ir a la biblioteca o al aula de informática a recaudar información sobre el tema que habían escogido.
Roberto explicó en qué consistía su trabajo: deberían sentarse en grupo y en unos 15 minutos organizarse para luego “ir a por la información”.
En este momento se hizo el caos. Todos se levantaron y se fueron sentando en grupo. Unos alumnos se fueron directamente a la biblioteca, otros hablaban de irse directamente a la cafetería, y alguno se fue directamente solo (no parecía que tuviese grupo).
Los grupos, formados por unas cuatro personas (aunque había alguno de tres y cinco personas) se sentaron de tal forma que formaban un círculo, en el que podían verse y hablar con mayor facilidad.
Una vez que todo se había tranquilizado, pude observar que había personas sentadas solas ya que sus compañeros no habían llegado aún. Roberto se fue acercando a los grupos para ver cómo estaban orientando el tema.
A simple vista se veía cómo estaban trabajando.
Algunos estaban muy unidos, charlando sobre el tema de trabajo, mientras que otros estaban más desunidos. Pocos eran los grupos que ya tenían bibliografía, y sólo uno estaba trabajando individualmente a pesar de formar un grupo (estaban leyendo individualmente sin comentar nada).
Para ver un poco el método de trabajo Roberto me dijo que me acercara a algún grupo en concreto y le observara, introduciéndome él en los mismos.
GRUPO 1: Formado por tres chicos.
En una hoja en blanco estructuraron a grandes rasgos la organización del tema con los principales puntos que iban a tratar. Mientras estaban charlando se acercó Roberto para recordarles que tenían que leer, pero que no debían ir muy rápido. También les aconsejó que se fueran a la biblioteca de la Facultad de Económicas ya que allí encontrarían más información. Les recordó “tratar bien” a las que trabajan allí ya que así les podrían ayudar.
GRUPO 2: Formado por cuatro chicas.
Los demás grupos que quedaban (otros tres más) también estaban centrados en la organización del trabajo, recibiendo de Roberto los mismos consejos.
No he podido obtener más información ya que sólo permanecieron en la clase una minoría de los grupos, que aunque no es definitivo, si que he podido ver una predisposición hacia el trabajo que van a realizar.
1 comentario:
Ha estado muy bien tu aparición espontánea en la clase de la mañana. Lo cierto es que comparando con otros años, este año todos estaban mucho más organizados, tanto los grupos de políticas como los de sociología. Noto que hay más orden, tal vez porque yo mismo me he encargado de prepararlo todo más minuciosamente. Hay mucho interés, se nota en general, con alguna excepción, de gente más despistada, pero casi todos están centrados en lo que quieren hacer. Por otra parte, todavía no tienen que tener más que una idea general. En realidad, tienen que "encontrar" la información que les guíe. Eso es lo que quiero transmitirles, que tienen que buscar, pero que en realidad, de pronto van la información "les va a encontrar". No es una boutade, porque la información importante "te encuentra".
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